martes, 4 de agosto de 2009

Pasión de una noche

Entro al boliche dispuesta a todo
busco un lugar estratégico en la barra y allí me acomodo...
Pido un buen trago y observo el panorama
hoy deseo al mejor hombre en mi cama...

Pronto se acerca un muy buen ejemplar,
una charla empezamos a entablar
- ¿Qué hace solita una chica tan linda?
- buscando los placeres que la noche brinda...

Alcohol, baile, besos, franeleos y risas;
de ir a un lugar más tranquilo ya tenemos prisa...
en un hotel de alta rotatividad
dejamos fluir el instinto y la creatividad...

Desenfreno, lujuria y pasión...
sin represiones, sin ninguna otra intención
que saciar nuestro apetito sexual...
de eso se trata... un encuentro casual...

Mi cuerpo extasiado de tanto placer
mi alma vacía, vacía como ayer...
Queriendo evadirme de la realidad
una vez más me he entregado a la frivolidad...

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*SEXO CASUAL*


Para el hombre no es ninguna novedad el sexo ocasional, que tiene como único propósito el placer; para la mujer en cambio es algo relativamente reciente.

Desde hace ya un tiempo la mujer viene luchando por la igualdad en todos los ámbitos de la vida, y el plano sexual no podía ser la excepción. A pesar de los prejuicios e hipocresía sociales que siguen condicionándola, de a poco ha logrado conquistar el derecho al placer, aunque sin dudas no es tarea sencilla dejar de lado tantos prejuicios, tabúes y represiones con las que ha tenido que cargar durante tanto tiempo. Por ende no son para nada sorprendentes los resultados que arrojan los estudios científicos que se han realizado a propósito del tema, que analizan y comparan las experiencias de los dos géneros, y revelan que el porcentaje de hombres satisfechos con un "touch and go" es mucho más elevado que el de mujeres, y que para el hombre tal práctica no representa ninguna culpa ni resulta para nada traumática, en cambio para la mujer en muchos casos si. Luego del hecho muchas aseguran tener la sensación de sentirse “usadas”, y esto se debe en gran parte a que la mujer aun cuando adopta el sexo casual “a conciencia”, generalmente espera que ese encuentro se convierta en una relación a largo plazo.

Los expertos en el tema explican que el varón por naturaleza tiene mayor desconexión emocional del sexo, la mujer tiende a conectarlo mucho más con su mundo afectivo.

El gran error dicen es disfrazar el objetivo real que persiguen, si el fin es disfrutar el momento puede ser una experiencia sumamente disfrutable, pero si lo usan como estrategia para conseguir una relación duradera fingiendo un rol que no desean puede ser muy frustrante.

La reconocida Licenciada en sexología y psicóloga Rosana Pombo del “Centro Médico Sexológico Plenus” opina: "Está muy banalizado el encuentro sexual. Se está trivializando mucho, cuando en realidad todos los seres humanos buscan un poco más", y agrega: "Si la meta es una relación estable, hay que volver a los orígenes, a la conquista, para conversar, conocer al otro y saber si es la persona para uno".

jueves, 30 de julio de 2009

Tentación



No me mires asi por favor
como desnudandome con la mirada...
me harás olvidar mi pudor,
mis buenas costumbres y que soy casada...

No me provoques asi por favor
que alteras mi sueño...
no me acoses asi por favor
que me confundes y mi corazón ya tiene dueño...

No te acerques más a mi por favor
que no soy de hierro...
y no quiero cometer el error
que nos llevaría directo al infierno...

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Tentación- Desliz- Infidelidad

Es un mito que cuando uno se enamora deja de sentir atracción por otras personas. El amor no atrofia tal capacidad. E
ntra dentro de lo común el hecho de fantasear con otros sin que tengan que considerarse como actos de infidelidad.
Obviamente una cosa es fantasear, sentirse tentados a tener "algo" con alguien más y otra muy distinta es llevarla a la realidad.

Cuando optamos por una relación estable ya sea noviazgo, matrimonio, concubinato, asumimos un compromiso con el otro, que implica respeto, sinceridad y lealtad (entre otras cosas) como reglas básicas; por lo que una aventura o un desliz significa una traición y como tal la condenamos.

Sin embargo es elevado el porcentaje de personas que en algun momento han por lo menos "echado una canita al aire".

Los expertos aseguran que el hombre, aun estando enamorado de su mujer, es más proclive a tentarse ante una propuesta o insinuación sexual (yo me pregunto si será realmente asi o la mujer es más discreta y/o incapaz de reconocerlo) y que generalmente toma ese momento como algo exclusivamete carnal; la mujer en cambio es infiel, dicen, cuando se siente insatisfecha con su pareja y en la mayoria de los casos no se reduce al plano sexual, sino a la relación en su totalidad.

Hay dos tipos de infieles (por decirlo de alguna manera) , los que buscan la situación y los infieles circunstanciales que ceden ante algo que no han buscado conscientemente.

Si bien no es justificación para faltar a ese pacto de fidelidad, algunas personas son mucho más sexuales que otras, y cuando hay una incompatibilidad en la frecuencia, los tiempos y el deseo con la pareja, es muy factible que busque la satisfacción en un amante o relación casual.

Otra de las causas y quizás la más frecuente es la monotonia, la rutina. En este caso la infidelidad llega como necesidad de ponerle un poco de "sal y pimienta" a la vida íntima que está un poco apagada. Más de una vez he escuchado la frase "siento que hacer el amor con mi pareja se ha convertido en un trámite" y logicamente si se llega a ese extremo es casi inevitable no tentarse con una situación que promete al menos una dosis de emoción.
Para evitar que esto suceda el consejo sería usar todas las armas necesarias (entre ellas: la creatividad, la comunicación abierta, plantearse nuevos desafios como pareja, hacerse un tiempito para compartir juntos y a solas aun teniendo hijos, permitirle al otro tener su espacio y actividad individual también) para no caer en la tediosa e insana rutina.

También están aquellas personas que siguen adelante con una relación que ya no da para más, poniendo como excusa, razón, o prioridad factores que hacen a su vida diaria (
los hijos, dependencia económica, temor a perder esa seguridad o a causar sufrimiento, costumbre, entre tantos otros) pero que a la corta o a la larga solo causan frustración y destrucción como pareja y como individuo, y que dan lugar a la búsqueda de aventuras para colmar esas carencias.

También la infidelidad puede ser causada por el deseo de hacer realidad ciertas fantasias, que por falta de confianza o por miedo a la reacción de la pareja no son planteados, o siendo expuestas son rechazadas, por lo que se buscan fuera.

Cada pareja es un mundo y por tanto las razones por las que se cae en una infidelidad son infinitas y no responsabilidad de uno, sino de ambos integrantes. Lo que parece ser un factor común es la disconformidad en algo puntual que quizás sería muy fácil resolver si lo plantearamos abiertamente en el momento que se presenta. Bien sabemos que es sumamente doloroso experimentar una infidelidad, y en la mayoria de los casos evitable. La comunicación de nuestras inquietudes es fundamental, conocer los deseos y necesidades del otro nos lleva a fortalecernos y crecer como pareja.